Neurología Infantil de Buenos Aires
Jefe: Dr. Guillermo Agosta
SECCIÓN DE NEUROLOGÍA DE LA CONDUCTA Y NEUROPSICOLOGÍA
Coordinador: Dr. Esteban Vaucheret Paz | Lic. Mariana Giacchino.

Sugerencias para docentes de pacientes con Trastornos por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)
Neurología Infantil Buenos Aires.

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¿Qué es el Trastorno por déficit de atención (TDA/H)?

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (ADD/H en inglés) es el nombre que se le da a un grupo de comportamientos que se caracterizan por la presencia de tres síntomas principales: distracción, impulsividad e hiperactividad. Por lo tanto algunas características de éstos niños pueden ser:
– Se distraen con lo que está ocurriendo a su alrededor.
– Tienen dificultades para esperar su turno o quedarse en fila.
– Comienzan muchas actividades (muchas veces simultáneamente) y tienen dificultades para completarlas.
– Reaccionan con rapidez sin pensar en las consecuencias.
– Se enojan muy fácilmente.
– Parecen desorganizados.
– Suelen perder sus pertenencias.
– Se mueven constantemente y tienen dificultades para quedarse quietos.
– Hablan demasiado.
– Se aburren muy rápidamente.
– Tienen una tendencia a evitar o postergar actividades que requieren de un esfuerzo mental sostenido.

El TDA/H es común y afecta a muchos niños en edad escolar, y se asocia frecuentemente a problemas de aprendizaje y de conducta.

¿Cuál es la causa del TDA/H?
Actualmente, está aceptada la existencia de un origen neurobiológico en el TDA/H. No hay pruebas que demuestren que el azúcar o colorantes y conservantes de las comidas estén vinculados al TDA/H. Del mismo modo, su origen tampoco se debe a estilos de crianza o modelos parentales, aunque éstos puedan influir en la expresividad de sus síntomas.

Las investigaciones muestran que el TDA/H es más común en niños que tienen familiares cercanos con éste trastorno.

¿Cómo se trata?
El tratamiento del TDA/H es multimodal. Esto quiere decir que para hacer un abordaje efectivo deberán hacerse múltiples intervenciones tales como:
– Orientación a padres
– Tratamiento para mejorar la conducta y el aprendizaje
– Orientación a docentes y establecimiento de programas educativos apropiados
– Tratamiento farmacológico, si es necesario
Tratamiento farmacológico
Algunos medicamentos que se usan para tratar el TDA/H son el metilfenidato y la atomoxetina. Estos medicamentos mejoran la atención y la concentración y disminuyen los comportamientos impulsivos y sobreactivos.
Los fármacos, si bien no curan los síntomas, ayudan significativamente a controlar sus efectos al actuar en el sistema nervioso permitiendo un mejor funcionamiento.
La cantidad de tiempo que una persona toma el medicamento depende de cada caso. Algunas personas solamente necesitan un ciclo de tratamiento corto de uno o dos años mientras que otras necesitan tratamiento durante más tiempo. Por ello es importante que las personas que toman algún tipo de medicación se hagan controles médicos periódicamente.

¿Cómo podemos ayudarlos en la escuela?
Se deberá fomentar en estos niños estrategias que apunten a que aprendan a organizarse sus tareas, sus materiales de estudio, que puedan planificar sus tiempos y el modo para resolver distintas actividades, que logren a monitorear su trabajo y que aprenda a darse instrucciones a ellos mismos, a mantener la atención en periodos de tiempo cada vez más largos, etc.

Sugerencias pedagógicas
A los fines de poder ayudarlos a mejorar su rendimiento en el ámbito áulico seria de gran utilidad si se pudiera contemplar las siguientes sugerencias:
– Si se lo observa distraído atraer su atención en forma sutil evitando la exposición frente a sus compañeros.
– Incluir el nombre del niño en ejemplos puede ayudarlo a redireccionar su atención. Ej: “Juan fue al quisco…”
– Procurar dar consignas claras y cortas; que no incluyan varios pasos a la vez.
– Dividirle las tareas extensas y enumerarle los pasos a seguir para su realización.
– Acostumbrarlo a que revise sus trabajos y exámenes para corregir los errores antes de entregarlos.
– Establecer rutinas, horarios. Ayudarlo a planificar el tiempo, usando calendarios, agendas.
– Repetirle la consigna las veces que sean necesarias comprobando que haya comprendido lo que tiene que hacer.
– Enseñarle a utilizar notas recordatorias.
– Utilización de fotocopias a fin de que pueda concentrarse en la realización de las tareas y no en su copiado ya que a causa de su distracción suelen demorar más tiempo que otros niños.
– Que ocasionalmente se lo evalúe no solo en forma escrita sino también oralmente.
– Utilizar en las evaluaciones una menor cantidad de ejercicios o que se le permita emplear más tiempo para la resolución de los mismos.
– En las evaluaciones que se valore más la adquisición del objetivo que la metodología utilizada.
– Evitar en las evaluaciones las preguntas a desarrollar.
– Reforzar positivamente aquellas conductas deseadas, más que castigar las no deseadas. Establecer contratos de comportamiento positivo  incluyendo conductas que estén a su alcance.
– Valorar sus logros.
– Procurar ubicarlo en un lugar próximo al docente y al pizarrón, para advertir con mayor facilidad los momentos en que se distrae o no llega a completar la tarea.
– Mantener contacto ocular cuando se le están dando indicaciones.
– Permitir movimientos ociosos que no interfieran con el ritmo de la clase.
– Otorgarle un rol activo en la clase, que implique el movimiento (ej: repartir
fotocopias, juntar cuadernos, etc)
– Involucrarlo activamente durante las exposiciones para evitar que se distraiga.
– No proponer actividades con límites de tiempo que, obviamente, favorecen
conductas impulsivas porquen contribuyen a acelerar y desorganizar al niño.
– Estar pendiente de los momentos brillantes, porque estos niños tienen mucho más
talento y capacidad de lo que aparentan. Están llenos de creatividad, acción y
espontaneidad.

Atte. Equipo de Neurología de la Conducta y Neuropsicología.
Neurología Infantil de Buenos Aires.